Este andorrano de 22 años, de padre leridano y madre francesa, supo con tan solo 9 que a base de ingenio y tesón, y con ayuda de las piezas de un popular juguete, los sueños podrían convertirse en realidad. David Aguilar creó a esa edad su primera prótesis de brazo con piezas de Lego y comenzó a escribir su historia de superación y de inspiración para muchos otros niños y jóvenes con diferentes capacidades.

Él supo transformar las amargas experiencias vividas en el colegio por su malformación en el brazo derecho en gasolina para definir su vocación: fabricar prótesis (para ello está estudiando Bioingeniería en la Universitat Internacional de Catalunya, UIC) y ayudar a otros, como a un niño kazajo residente en Francia al que le está fabricando una. Y vuelca todo su bagaje en un libro y un documental que se puede ver en los cines. Sin duda, una historia digna de ser contada y en la que su padre Ferran juega un papel clave.

Tu viaje de superación comienza a los 9 años, cuando decidiste fabricarte tu primera prótesis con piezas de Lego.

Estaba construyéndome un barco y, al acercármelo a mi mano pequeña, vi que lo más brutal que podía construirme era precisamente lo que no tenía. Lo hice con las piezas más básicas de Lego, un alambre, una cinta de un llavero que me colgaba del cuello para que la prótesis no se me cayese, y una cinta americana, junto con las partes de unos robots Bionicles de la misma marca.

Cuando era aún más pequeño, me construía barcos, aviones y naves espaciales con las instrucciones que llevaban los sets originales. Después los desmontaba y me hacía mis propias creaciones y fue así cómo, montando y desmontando, adquirí tantas habilidades manuales y cognitivas.

¿Qué te llevó a tomar esta decisión?

Dejé sorprendidos a mis padres y ellos me animaron a que me llevase la prótesis al colegio para que me subiera la autoestima y sirviese para que los profesores y compañeros admirasen aquella creación. Mi padre Ferran pensó que serviría de mucho después de haber sufrido bullying de pequeño y estaba convencido de que aquello sería una inyección de autoestima, y así fue.

Más tarde, mi padre, que toca la guitarra, me dijo: "¿Serías capaz de construirme una?". Y le dije que sí. Usé las alas de un avión para construir el cuerpo del instrumento e hice el mástil con las piezas normales. Con el hilo de una grúa y una palanca, tensaba la cuerda y la hacía sonar. Sentía que no tenía límites y que podía crear lo que me propusiera. Luego mi padre colgó la prótesis en Facebook y tuvo una gran repercusión.

¿Te imaginabas que sería el inicio de experiencias tan increíbles?

Fue una subida de autoestima después de unos años adversos y de pasar por situaciones difíciles. A los 17 años, la historia que viví a los 9 con la primera prótesis se repitió a una escala mayor y global, hasta el punto de convertirse ahora en un documental.

¿Cuántas prótesis tienes ya? Se las has mostrado a la Nasa, tienes un Récord Guinness...¿Cómo recuerdas estos momentos?

Ahora mismo tengo cinco y la última la diseñé en 3D para la conferencia que di en la sede de la Nasa en Houston (EEUU). Contando la primera que hice a los 9 años y que desmonté poco después serían seis. Y 11 si añado la que diseñé durante la semana en la que Lego me invitó a sus instalaciones para participar en el desarrollo de las nuevas piezas robóticas Spike Prime. Allí me construí cinco, pero estas no las tengo.

Explícanos el proyecto tan bonito en el que estás trabajando para un niño de ocho años.

Es un niño kazajo que vive en Francia y que nació sin los dos brazos. En el que sería el derecho tiene un pequeño muñón que no mueve y en el izquierdo tiene un dedo con el que no puede levantar más de 450 gramos. Las piernas también las tiene deformadas y tiene una limitación muy importante. Usa los pies para hacer muchas cosas.

La madre se puso en contacto con mi padre para pedirle ayuda, ya que había visto mi caso en las redes. Estaban desesperados porque los médicos les han dicho que no pueden hacerle ninguna prótesis con el límite funcional y de peso. Teniendo en cuenta estos parámetros, le he podido diseñar una prótesis con un funcionamiento muy básico que se ajusta a su circunstancia y que le permitirá tener mucha más funcionalidad. Estoy muy orgulloso de poder hacerle feliz. El único problema es la distancia, que complicará el poderle ir ajustándosela en caso de necesitarlo. Mis padres le han invitado a venir a casa si esto pasa. El niño se llama Beknur y es un amor.

¿Qué mejoras quieres introducir en tus modelos tanto en materiales y motores como en conseguir un menor peso?

Estudio Bioingeniería y espero poder avanzar mucho en la concepción y en el desarrollo, sin duda. Creé el modelo de la Mk-5 con piezas Lego de la gama Spike Prime. Lo concebí en 3D para llevarlo a la Nasa y ya tiene un avance muy importante incorporando una centralita programable con PC y sensores de presión que me ayudan a realizar movimientos que antes no podía por las propias limitaciones de los sets.

Iré avanzando, no tengo duda. Precisamente, me han contactado desde el CNRS (Centre National de la Reserche Scientifique) de Burdeos en Francia, para hacer una estancia este verano y otra de seis meses el año que viene para ayudarles a concebir prótesis para un futuro próximo.

¿Cómo quieres ayudar a las personas que necesitan un mensaje emocional y motivacional y de empoderamiento? Les recomiendas tu libro Pieza a pieza?

Estoy dando conferencias alrededor del mundo y muchos sistemas educativos internacionales están viendo que mi historia puede ayudar a muchos jóvenes a inspirarse, motivarse y defender un mundo mejor para intentar erradicar el bullying y el estigma de la discapacidad.

El libro Pieza a pieza lo he escrito junto a mi padre Ferran y es para todas las edades. Niños o adultos leerán las dificultades, éxitos y obstáculos desde mi punto de vista y el de mis padres, que han hecho frente a una realidad desconocida desde que nací. Han sabido superarla y adaptarse y son unos padres ejemplares.

¿Cómo te ayuda tu padre a expandir tu conocimiento y tu mensaje? ¿Y a apoyar tus ideas?

Muchísima. Es una persona muy sensible y cuando yo tenía 9 años ya vio que debía llevarme la prótesis a clase porque me ayudaría y me serviría de estímulo para superar todo lo negativo que había vivido antes, y funcionó.

Hay gente que piensa que todo lo que me está sucediendo fue por colgar un simple post en Facebook y no es verdad. El factor humano ha sido crucial. El post fue la prueba de fuego de que debía de dar a conocer lo que hacía. Mi padre llamó a una presentadora (Rosa Alberch, del programa La rotonda de Ràdio i Televisió d'Andorra) pidiéndole que me ayudara a levantarme de todas las malas experiencias que estaba viviendo, como el rechazo de una chica a la que le pedí salir, a causa de mi discapacidad. Eso me dejó bastante hundido.

Gracias a mi padre también soy la imagen de la marca INOKIM SPAIN. Desde que era pequeño, él me fabricó prótesis caseras para ir en bicicleta y ser un niño completamente integrado. Ahora, de mayor, se me presentó un problema para ir a mi universidad al no haber plazas de parking. Así que me compré un patinete y él me lo adaptó electrónicamente y me fabricó una prótesis con elementos de ferretería con la que me desplazo.

Él también me ha inculcado el amor y la pasión por la música y me despertó el interés por componer música electrónica. He hecho una canción para mi documental titulada Two Days Ago.

¿Qué otro modelo de inspiración tienes en cuanto a superación personal?

Tengo varios. Mis padres siempre quisieron que tuviera referencias de superación y a la hora de la comida siempre hablábamos de ello. Admiro a Peggy Cerqueda, a quien le falta un brazo como a mí, y que fue campeona de Cataluña de natación.

Albert Llovera tuvo un accidente representando a Andorra en un campeonato del mundo de esquí y quedó parapléjico. Posteriormente se convirtió en Campeón de España de Quad y ahora con Rallyes y en el París Dakar, siendo el primer discapacitado en obtener licencia en estos deportes. Es todo un ejemplo de superación, constancia y buen humor y me he impregnado de su comportamiento y ejemplaridad.

Otro de mis referentes es Hugh Herr, científico del Massachusetts Institute of Technology (MIT) que se fabricó sus prótesis de piernas tras perderlas practicando montañismo. Me encantaría poder conocerle.

El apodo que da nombre a tu documental, Mr Hand Solo, te lo puso un compañero de clase. ¿Qué mensaje da a las personas que viven de espaldas a la difcapacidad?

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