La obsesión por la privacidad y ofrecer la menor parcela posible de datos a las grandes compañías ha hecho que los usuarios busquen alternativas a la red de mensajería instantánea por antonomasia, WhatsApp, y también a la que hasta por el momento es su mayor rival, Telegram. Sin embargo, las dos obligan a los consumidores a ceder una parte de sus datos personales que en muchas ocasiones no están dispuestos a otorgar. Y ahí entra en escena Signal, una red que aparece como la más segura y la que menos información pide al que la desea instalar.

Primero bajo el nombre TextSecure, Signal nació en 2015 con el objetivo de brindar a los usuarios una red de mensajería segura y privada, una alternativa a las fallas en ambos campos de WhatsApp que Telegram tampoco ha sabido cerrar del todo. Permite el envío de mensajes de texto, llamadas, notas de voz, videollamadas y, en definitiva, las mismas funciones que sus competidoras y en Android, iOS y ordenadores. La diferencia es el extremo celo en la privacidad .

Gracias a su cifrado de extremo a extremo (un diseño que WhatsApp también trabaja gracias a un acuerdo de colaboración), solo los participantes de las conversaciones pueden acceder a ellas. Ni la propia empresa ni ningún tercero podrá conseguir la información. Todos los chats y llamadas que se realizan a través de Signal se conforman como compartimentos estancos de información inaccesible . Que su código sea abierto significa que cualquier persona puede comprobar si el nivel de seguridad acreditado y los escasos datos en posesión de la empresa son los que Signal acredita.

Para conseguir esto, Signal se ha construido como una empresa sin ánimo de lucro que sobrevive a base de donaciones que quizá tiene en mente cómo su fundador Moxie Marlinspike (un pseudónimo de otro amante de la privacidad) observó la compra de su primera empresa, Whisper Systems, por una multinacional como Twitter, para la que llegó a trabajar como jefe de seguridad.

El propio Marlinspike explicaba hace meses cómo funciona Signal. En una entrada en el blog de la empresa , aseguraba que ese sistema de cifrado de extremo a extremo evitaba que ninguna persona ajena a las conversaciones pudiera tener acceso a ellas. Y, además, ahondaba en los escasos datos de los usuarios que almacenaba: la fecha de creación de la cuenta y la fecha de la última conexión .

Para justificarlo, Marlinspike ponía de ejemplo que en 2016 la Administración de EEUU quiso acceder a esos datos, y ante el permiso de los tribunales, solo pudo, efectivamente, conseguir esa información. Una verdadera prueba de la que Signal salió victoriosa.

De la recomendación de Musk al 'sí' de la Comisión Europea

El amplio recorrido de Marlinspike y varios de sus socios como Stuart Anderson o Trevor Perrin, así como su reconocimiento creciente por una parte significativa de los internautas y las redes sociales, unido a las investigaciones a Facebook (propietaria de WhatsApp) y el boicot a WhatsApp ( rentabilizado en parte por Telegram ) por la intención de transferir los datos de sus usarios a la matriz , han generado un creciente interés por Signal que se ha visto respaldado por varios hechos.

Por ejemplo, algo tan aparentemente anecdótico como un tuit. El que publicó el su perfil de Twitter el fundador de Tesla, Elon Musk, que con un conciso 'Use Signal (Usa Signal)' elevó el interés sobre Signal y la colocó como una alternativa nada más y nada menos que por uno de los próceres del tejido empresarial mundial. Lo que no sabía Musk es que, sin pretenderlo, disparó hasta en un 5.000% la cotización de Signal Advance , una aplicación que no tenía nada que ver con la que recomendaba.

No se trata de la única personalidad influyente en el campo de la tecnología o la seguridad que recomienda Signal: el célebre Edward Snowden afirma que usa Signal "todos los días" y Jack Dorsey , CEO de Twitter, reconoce que "confía" en Signal porque está bien construido y por "cómo está construido". Ambas declaraciones aparecen en la web oficial de Signal .

Otro hecho respalda a Signal como red de mensajería que garantiza la privacidad. Y es que la Comisión Europea pidió a sus funcionarios hace un año que usasen Signal después de varios escándalos y filtraciones y fugas de seguridad entre sus miembros. Un aval claro, un espaldarazo, para la red de mensajería, viniendo de un organismo que necesita con avidez esa privacidad.

¿Cuáles son los datos que piden WhatsApp, Telegram y Signal?

Lo cierto es que, tras un vistazo a las condiciones de privacidad de Signal y, comparado con las de WhatsApp o Telegram, la red de mensajería de Marlinspike apenas pide datos a los consumidores. Solo un número de teléfono, una gran diferencia respecto al importante catálogo de información que adquiere WhatsApp y también más que la que pide Telegram.

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